“Érase una vez, en pleno corazón del invierno, una reina que
cosía al lado de la ventana”. Así comienza Blancanieves, una de los cuentos de
hadas más populares de nuestra historia.
Hoy, el cine y la televisión están volviendo a prestar atención a esta
historia que, como todas las recopiladas por lo hermanos Grimm, tienen
suficiente sangre, violencia y maldad como para inspirar un thriller.
En esa línea, el ilustrador Benjamin Lacombe devolvió al
personaje su aire trágico y oscuro en un libro lleno de bellas y sobrecogedoras
imágenes editado por Edelvives($16.000), donde cada página sorprende por su
trabajo cromático y fuerza expresiva.
"He disfrutado mucho dibujando a la reina malvada de Blancanieves", ha dicho el artista recientemente, "pues he procurado hacer algo diferente de ese personaje: se transforma en cuervo, es rubia, muy nórdica, al estilo de Nicole Kidman, y con ese aspecto frío que me recuerda a Madonna. Es totalmente opuesta a Blancanieves, que es una niña cándida y morena".
La ilustradora Mayalen Goust ha hecho lo propio en una edición
de la editorial española La osa menor ($13.000), donde los personajes adquieren
una estilización y cierto aire japonés que les da una nueva riqueza y contemporaneidad.
Dos ejemplos notables de reinterpretación de cuentos
clásicos que junto con hacer más cercano al lector actual la historia de
Blancanieves, permite una nueva lectura de sus códigos originales. Porque, como
dice el mismo texto: “El tiempo pasa, pero
Blancanieves permanece siempre bella, con su piel blanca, las mejillas rojas y
el cabello negro”.
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