Como no hay un solo azul en el cielo o en el mar, no hay un solo
azul en la obra del ilustrador mexicano Gabriel Pacheco. Está el azul vivo de
un río, una fuente o una gotera en El hombre de agua (Kalandraka); el azul
perfumado de sal, frío glaciar y aventura que inunda las páginas de Moby Dick
(Hueders); el azul mineral y sagrado de 12 poemas de Federico García Lorca (Kalandraka);
el azul que es nostalgia, olvido y reencuentro, en Arenas movedizas (FCE); el azul que tiñe de cielo los muros y los abre hacia el infinito en Taller de corazones (OQO); el
azul que es soledad y fantasía en su adaptación de La Sirenita de Andersen o es
sabiduría sigilosa en su pantera Bagheera para El libro de la selva (Sexto
Piso).
Probablemente ni
siquiera se trate de un color, sino más bien de un personaje, un arlequín de
cobalto (pensando en Picasso), una Venus eléctrica (evocando a Klein) que va saltando
de libro y en libro con la libertad de una gota de lluvia, el ímpetu de una
marea o la fuerza arrolladora de un lágrima. Incluso puede que se trate sencillamente
de un estado de ánimo, que vibra, suave o intenso, silencioso o estridente, en
sintonía con el texto y con las emociones del lector. “Una manera de adjetivar
las cosas”, como dice el propio ilustrador en referencia a su personal manera
de utilizar los colores.
Lo cierto es que el azul es el gran protagonista de la obra
de Pacheco y está así para hablarnos en un idioma antiguo y poderoso, arrastrarnos
en una corriente de sensaciones que apenas podemos describir con palabras. Una fuerza tal vez secretamente emparentado
con el Azul de nuestros antepasados mapuches, el color, en palabras del poeta Elicura Chihuailaf, “de origen y destino”,
el “color que habita nuestro espíritu y
nuestro corazón”.
Por Claudio Aguilera
Para saber más
Sitio oficial de Gabriel Pacheco. Aquí.
Una entrevista en profundidad a Gabriel Pacheco en
Anormalmag. Aquí.
Entrevista realizada por Fundación La Fuente durante la
visita de Gabriel Pacheco a Chile invitado por PLOP! Galería. Aquí.
Una conversación con Javier Sobrino. Aquí.
Un cortometraje en honor a su libro El hombre de agua. Aquí.
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