Si hay una gran dupla en la literatura infantil y juvenil
esa es sin duda la formada por Roald Dahl y Quentin Blake. El autor de clásicos
como Charlie y la fábrica de chocolate y Matilda, encontró en el ilustrador la
dupla perfecta para sus personajes alejados de las convenciones, horribles
cuando la ocasión lo amerita, imperfectos la mayoría de las veces, siempre con
un toque de ironía y nunca carentes de cierta sensibilidad que nada tiene que
ver con la sensiblería.
Cuando el escritor se dejaba llevar por los aspectos más oscuros
de sus relatos, el ilustrador respondía con un toque de ligereza y libertad que
lograba volver a equilibrar la situación. De la misma manera, al humor e
imaginación desbordados de Dahl, Blake supo corresponder con un trazo ágil y
nervioso, que parece aún hoy haber congelado el frenético movimiento de los protagonistas
para poder deleitarnos con sus atuendos estrafalarios, sus rostros expresivos y
esa sensación de desastre inminente que siempre transmiten las novelas del
escritor. “Es como dirigir una obra de teatro, donde además te toca diseñar el
decorado e interpretar todos los papeles", ha señalado el dibujante al referirse a su labor.
Esta vivacidad y sencillez que presentan las ilustraciones
de Blake podría para algunos caer incluso en la desprolijidad. Pero no hay que engañarse. Ilustrador de más
de 300 libros, varios de ellos completamente de su autoría, docente durante décadas
y profundamente reflexivo, planifica detalladamente cada una de sus obras, preocupándose
de que la expresión de los rostros, los ambientes e incluso la técnica a
utilizar respondan bien al espíritu del texto.
De esta manera logra que cada uno de sus dibujos sean, en
sus propias palabras, “una forma de escritura”, que revela perfectamente una
intencionalidad narrativa sin perder su carácter espontáneo. Porque si hay un gran acierto en Blake es poder concentrar toda la energía y expresividad de un relato, sea propio o ajeno, en un par de líneas de tinta, unas pinceladas
de acuarela, algunas narices en forma de u y la fluidez de un trazo que no le
teme a los errores y avanza con el ímpetu de un río que sabe cómo llegar al mar
sin nunca dejar que parezca fácil, divertido y encantador.
Por Claudio Aguilera
Para saber más
Imperdible y muy completo sitio oficial del ilustrador, donde además es posible encontrar sus consejos sobre ilustración, tarjetas de saludo y fondos de pantallas. Aquí
Un excelente video para conocer el estudio y forma de
trabajo de Blake. Aquí
Recientemente el ilustrador inauguró en Londres la House of illustration, un espacio para la difusión y reflexión sobre la disciplina. Aquí
Un completo análisis sobre su obra y la del escritor Roald Dahl en un número especial de la revista Peonza. Aquí
Dos libros disponibles en PLOP! Galería:
- 1001 libros infantiles que hay que leer antes de crecer, que
cuenta con prólogo de Blake.
- Solo se es joven una
vez... dos veces (Océano Travesía), un
libro sin texto sobre las oportunidad
que da la vida.
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