lunes, 9 de febrero de 2015

Quentin Blake y la ilustración como escritura


Si hay una gran dupla en la literatura infantil y juvenil esa es sin duda la formada por Roald Dahl y Quentin Blake. El autor de clásicos como Charlie y la fábrica de chocolate y Matilda, encontró en el ilustrador la dupla perfecta para sus personajes alejados de las convenciones, horribles cuando la ocasión lo amerita, imperfectos la mayoría de las veces, siempre con un toque de ironía y nunca carentes de cierta sensibilidad que nada tiene que ver con la sensiblería.

Cuando el escritor se dejaba llevar por los aspectos más oscuros de sus relatos, el ilustrador respondía con un toque de ligereza y libertad que lograba volver a equilibrar la situación. De la misma manera, al humor e imaginación desbordados de Dahl, Blake supo corresponder con un trazo ágil y nervioso, que parece aún hoy haber congelado el frenético movimiento de los protagonistas para poder deleitarnos con sus atuendos estrafalarios, sus rostros expresivos y esa sensación de desastre inminente que siempre transmiten las novelas del escritor. “Es como dirigir una obra de teatro, donde además te toca diseñar el decorado e interpretar todos los papeles", ha señalado el dibujante al referirse a su labor.



Esta vivacidad y sencillez que presentan las ilustraciones de Blake podría para algunos caer incluso en la desprolijidad.  Pero no hay que engañarse. Ilustrador de más de 300 libros, varios de ellos completamente de su autoría, docente durante décadas y profundamente reflexivo, planifica detalladamente cada una de sus obras, preocupándose de que la expresión de los rostros, los ambientes e incluso la técnica a utilizar respondan bien al espíritu del texto.


De esta manera logra que cada uno de sus dibujos sean, en sus propias palabras, “una forma de escritura”, que revela perfectamente una intencionalidad narrativa sin perder su carácter espontáneo. Porque si hay un gran acierto en Blake es poder concentrar toda la energía y expresividad  de un relato, sea propio o ajeno,  en un par de líneas de tinta, unas pinceladas de acuarela, algunas narices en forma de u y la fluidez de un trazo que no le teme a los errores y avanza con el ímpetu de un río que sabe cómo llegar al mar sin nunca dejar que parezca fácil, divertido y encantador.

Por Claudio Aguilera

Para saber más

Imperdible y muy completo sitio oficial del ilustrador, donde además es posible encontrar sus consejos sobre ilustración, tarjetas de saludo y fondos de pantallas. Aquí

Un excelente video para conocer el estudio y forma de trabajo de Blake. Aquí

Recientemente el ilustrador inauguró en Londres la House of illustration, un espacio para la difusión y reflexión sobre la disciplina. Aquí

Un completo análisis sobre su obra y la del escritor Roald Dahl en un número especial de la revista Peonza. Aquí

Dos libros disponibles en PLOP! Galería:
- 1001 libros infantiles que hay que leer antes de crecer, que cuenta con prólogo de Blake.

- Solo se es joven una vez... dos veces  (Océano Travesía), un libro sin texto  sobre las oportunidad que da la vida.

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